Elimina manchas y decoloraciones, obteniendo dientes más blancos y brillantes, mejorando la estética de la sonrisa y la confianza personal.
El blanqueamiento dental consta de una serie de procedimientos clínicos ejecutados por un odontólogo especializado. La finalidad principal es aclarar los dientes, eliminando manchas tanto internas (intrínsecas) como externas (extrínsecas) que se han acumulado a lo largo del tiempo.
Estas manchas pueden ser resultado de diversos factores, incluyendo el consumo de ciertos alimentos y bebidas, o cambios relacionados con la edad.
Tipos de Blanqueamientos:
Elimina manchas y decoloraciones causadas por alimentos, bebidas como café o vino, tabaco y el envejecimiento natural, proporcionando una sonrisa más blanca y atractiva.
Tener dientes más blancos puede mejorar la percepción de la imagen personal, lo que contribuye a una mayor seguridad en interacciones sociales o profesionales.
Muchas personas tienden a cuidar más sus dientes después de un tratamiento de blanqueamiento, adoptando prácticas como el cepillado adecuado, el uso de hilo dental y la reducción de alimentos que manchan.
A diferencia de otros procedimientos cosméticos, el blanqueamiento dental es rápido, generalmente completado en una o pocas sesiones, y no requiere cirugía ni períodos de recuperación.
Es un tratamiento seguro, supervisado por odontólogos, que elimina manchas intrínsecas y extrínsecas de los dientes, resultando en una sonrisa más blanca.
Las técnicas prevalentes incluyen el uso de cubetas nocturnas. Los resultados, visibles generalmente en dos semanas, pueden mantenerse con tratamientos bi-anuales, aunque pueden revertirse dependiendo de los hábitos alimenticios del individuo.
Se basa en un proceso químico de óxido-reducción que ocurre en el interior del diente.
Se utilizan agentes blanqueadores como el peróxido de hidrógeno, que penetra en la estructura dental, rompiendo las moléculas de pigmento y resultando en dientes notablemente más blancos.
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